Soy psicóloga de la Institución Universitaria de Envigado y, desde hace años, mi labor se ha forjado en el compromiso de acompañar y servir a quienes atraviesan momentos difíciles. Mi vocación nace de mi propia experiencia, pues he recorrido mi propio camino de sanación y autoconocimiento, lo que me permite entender de manera profunda y humana el dolor emocional. Esto me ha llevado a desarrollar sólidas habilidades psicoterapéuticas y psicosociales basadas en el enfoque psicoanalítico, las cuales aplico para abordar trastornos del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad, así como para gestionar conflictos en el ámbito laboral, social y familiar.
En cada proceso terapéutico, me esfuerzo por transformar el espacio de la psicoterapia en un lugar seguro, libre y empático, donde puedas sentirte escuchad@ y comprendid@ en medio de la oscuridad. Con una mirada objetiva y, al mismo tiempo, profundamente humana, te acompaño en el proceso de resignificar esas experiencias dolorosas y traumáticas, facilitándote nuevas formas de afrontamiento y sanación.
Para mí, es fundamental ayudar a otros a encontrar esa luz en medio del dolor emocional, y mi compromiso se basa en el deseo de que cada persona que confíe en este espacio pueda reconectar consigo misma y redescubrir la fuerza que posee para transformar su vida.
La ansiedad no es tu enemiga, es una mensajera que te invita a escucharte y crecer. Tener una buena relación con ella significa comprender sus señales, aprender a regularla y transformarla en fuerza. En lugar de luchar contra ella, abrázala con paciencia y conviértela en una aliada para tu bienestar.
Cuidar la casa de nuestro interior es cuidar nuestra salud mental. Al limpiar y ordenar nuestros pensamientos y emociones, creamos un espacio de paz y crecimiento. Dedícate tiempo para escuchar tu alma, reorganiza tus sentimientos y descubre la fortaleza que reside en ti. ¡Tu bienestar comienza en tu interior!
Una crisis de pánico es una ola intensa de miedo que parece incontrolable, pero recuerda: no es más fuerte que tú. Es el reflejo de una emoción que necesita ser escuchada, no temida. Respira, siente tu cuerpo y confía en que pasará. La calma siempre vuelve, y tú eres más fuerte de lo que crees.